79 comentarios sobre “La viñeta de los lunes 121

  1. En las cosas del fútbol, nada que decir.

    Olmedo, vamos a ver. Uno no puede tomarse como obligación el ir a urgencias de vez en cuando. De acuerdo en que usted es hombre serio, de exquisita educación y muy cortés, pero no tiene que ir a saludar al personal de urgencias cuando le entra una cariñada…

    También de acuerdo en que es un alivio para las pensiones el cenar y desayunar gratis unos días a la semana…pero sin abusar!

    Al monte, a subir cuestas y hacer buenos almuerzos!!!!

    Hombre , hombre…

    Un abrazo muy grande compañero.

  2. Por cierto Chatbot, el Caravaggio de ayer muy convincente. Sus precisas instrucciones mejoran mucho el desempeño del bicho y su rostro y el de Marqués son soberbios. Además los miembros de los personajes ya son de humanos estandar.

    En poco la AI le hará la competencia a las salas de subastas, con más grandes maestros inéditos.

  3. Buenos días a todos.

    El fútbol se me terminó hace años ( yo seguía a DiStéfano, a Kubala, a Marquitos, a Beckenbauer, al Guaje, a Butragueño, a Maldini, a Santillana, a Zizou, o sea, a los de mi época. ) Ya no sé quien es nadie. Ya siento.

    Olmedo ¿ está en casa de vuelta ?

  4. DICCIONARIO DEL PERRO

    «Hipocresía: manifestación exagerada de escrúpulos morales, que se finge por miedo a perder prestigio y dinero»

    Lamine Yamal, del Barcelona, hace un gesto durante un partido.
    Lamine Yamal, del Barcelona, hace un gesto durante un partido.AP

    Josean Blanco

    CARISMA

    m. Encanto y magnetismo personal, asociado a la belleza, presencia física y labia, que genera confianza en otras personas más impresionables e ingenuas. Dada la propensión al seguidismo del homo sapiens y la capacidad de manipulación de los líderes carismáticos, el carisma debería estar gravado con un IVA especial que compensara los daños producidos por la proliferación de fanáticos.

    EMBAJADA

    f. Representación diplomática permanente de un país en el territorio de otro, cuyo objetivo es fomentar la cooperación económica y las relaciones de amistad entre los países, o socavar su autoridad. Como las embajadas son territorios inviolables (como confirma el asalto de la embajada de México en Quito, Ecuador) no hay que descartar que también promuevan el espionaje, amparen la huida de prófugos, ayuden a los gobiernos corruptos a evadir dinero, participen en secuestros o faciliten el descuartizamiento de un disidente y la repatriación de sus restos por valija diplomática.

    PACTO MIGRATORIO

    m. Acuerdo para dificultar la entrada de inmigrantes en la Unión Europea y repartir los costes entre los países socios. Se llama pacto migratorio y no antimigratorio por la misma razón que los Ministerios de la Guerra pasaron a llamarse de Defensa o las leyes de discriminación positiva fomentan la igualdad.

    HIPOCRESÍA

    f. Manifestación picajosa de escrúpulos morales, compatible con debilidad de juicio, que suelen fingir los directivos publicitarios por miedo a perder prestigio y dinero. Así, ha sido despedido como comentarista Germán ‘El Mono’ Burgos por hacer un chiste sobre la posibilidad de que Lamine Jamal, si no le fuera bien en el fútbol, pudiera ganarse la vida en un semáforo haciendo malabarismos con el balón, ya que el chaval exhibía sus toques al salir del terreno de juego. Sin crítica y sin humor, no hay sociedad libre.

    PSEUDOTERAPIA

    f. Producto pseudosanitario o actividad pseudosaludable que, en el mejor de los casos, no hace más daño que cambiar el dinero de bolsillo y fomentar la fe en pamemas. Se negocia con ellas en las pseudofarmacias llamadas herboristerías y también, ay, en las farmacias del sistema sanitario que, presumiendo de naturales, buscan incorporar a su clientela a quienes abominan de la química.

  5. Igual que el viernes no pude opinar sobre el grupo ese de los «Thundernosequé» por mi incultura pop, hoy no lo puedo hacer sobre las viñetas por mi incultura futbolera. Es importante ser consciente de las limitaciones.

  6. jrG, en el caso del Caravaggio eché mano del cuadro original y procedí a manipular solo los rostros con las funciones de tipo «Swap Face» que empiezan a proliferar en los roboilustradores. De ahí que todos los elementos del cuadro parezcan humanos: son los pintados por Caravaggio.

    [Alianza acaba de reeditar el clásico de Benjamin, La obra de arte en la era de su reproductibilidad técnica, que estaba agotado, junto con el resto de sus escritos sobre la intersección entre arte, fotografía y tecnología. Me lo he comprado, claro]

  7. Chatbot, si en la réplica de Caravaggio le dio Ud. exitosas instrucciones al artilugio inteligente, podemos suponer que también podría lograr algún otro ingenioso empeño, tal como plagiar el estilo del diccionaro cánido. Como termino a improvisar, se me ocurre el palabro ‘postureo’, bastante en boga.

  8. Caraloco, en mis experimentos –diarios– con las máquinas intentando que aprendan el arte de la palabra, dos en los que fracasé en su momento fueron el intento de «reproducir» las definiciones de los crucigramas de Trooper y las del Diccionario del Perro. Tienen es punto de ironía imprevisible (o sea, incalculable estadísticamente) que se les atraganta a los LLM, que no tienen «capacidad de giro»: son correctas, pero poco ingeniosas. Lo cual es lógico porque los LLM, incluso en un contexto donde se les fuerza a imitar («creatividad combinatoria» de Boden), son «máquinas de promediar» que ignoran los valores atípicos. Por eso son excelentes, por ejemplo, para resumir un texto o compendiar la información disponible en la web respecto a un tema, pero no para transgredir las reglas («creatividad transformadora»).

  9. A mí me parece que los fondos de los cuadros, los consigue estupendamente Chatbot de sus A.I, gracias a sus prompts.

    Pero, ( y eso que los falsos Weermer de Van Meegheren no me gustan nada , que los encuentro sosos, ñoños, y cursis, comparados con los auténticos ) todavía estoy esperando a que alguna A.I, sea capaz de hacer un «falso lo que sea » como los que pintaba Elmyr D Hory . Que considero un artistazo, y del que me encantaría tener alguno de sus cuadros, y firmado por él.

    Me vuelvo corriendo a mi lunes terríbilis, pero antes pido perdón porque fijo que habré escrito todos los nombres mal, y ahora no puedo dedicarme a revisar.

    Ya siento

  10. Como ejemplo de lo que acabo de comentar, esta es la definición de Claudiña intentando imitar a Perro. Le falta claramente la «chispa», a pesar de la corrección verbal:

    POSTUREO
    m. Fingimiento barato del individuo que, falto de sustancia, opta por aparentar lo que no es en un remedo grotesco donde la jactancia se disfraza de pose distinguida y la vacuidad se maquilla de trascendencia. Arte menor cultivado por eunucos emocionales que, carentes de atributos, inflan el pecho y la voz esperando que nadie descubra el esperpento que los habita.

  11. Aprovecho la viñeta de Anto que muestra a dos sujetos aparentemente bailando y la mención de Chatbot a la «era de la reproducibilidad técnica de la obra de arte para apuntar un asunto que despierta mi interés. Que sepa, la única forma de documentar de forma organizada movimientos y pasos de modo que coreógrafos y bailarines puedan identificar clara y ajustadamente las evoluciones de los danzarines se basa en la filmación. Es decir en la fuerza bruta. Rudolf Laban inventó una notación en los años 20 del siglo pasado que no ha logrado imponerse como lingua franca de los profesionales, a pesar de que tiene seguidores fervientes.

    Del mismo modo, mediante la grabación se consigue «documentar» la música no partiturizada. Esto es especialmente relevante en el caso de intérpretes autodidactas y los hay excepcionales.

    La transmisión de estas creaciones requiere que socialmente se considere útil, o en su defecto, valiosa. Lo cual derivará en un interés en que se reproduzca y que se reproduzca fielmente, siendo para ello imprescindible la formación. Hay una jerga gremial para definir los conceptos y sus relaciones en cualquier actividad humana especializada pero la música ha dado un paso más creando un sistema gráfico exclusivo que permite la transmisión ordenada y sistematizada del conocimiento: la partitura. Mediante el estudio de grabaciones se pueden «cifrar» músicas que se compusieron sin partituras, pero los coreógrafos, al carecer de un código universalmente aceptado, han de tener unas libretas que me gusta imaginar llenas de bocetos y artefactos gráficos para representarse pliés, fouettés, tendús y todas esas cosas. Conozco a un bailarín que trabaja en el Ballet de Nuremberg, hijo de un amigo de quien ya les conté una anécdota en su día, pero no le he preguntado (todavía).

  12. Ximeno (12,07)

    Yo quería ser bailarina de ballet, iba a una academia profesional, ( varios de mis compañeros acabaron de primeras figuras en ballets importantes, otros con sus ballets propios, otros de profesores…) hasta que antes de que cumpliese 12 años, con la excusa de mi mala salud, en realidad porque les asustaba la vida tan dura a la que me quería dedicar, me sacaron de la academia, y adiós al ballet.

    Pero , a lo que quería decir : iba siempre con un cuadernito en el bolsillo, y, música que oía, musica que inmediatamente coreografiaba en mi cuaderno. Con los nombres de cada postura, posición y paso. ( que sé yo : 4ª posición, pas de cheval, vuelta, fouettés, etc etc. ) y cuando llegaba a casa, o ponía el disco (de piedra, en aquella época), si lo teníamos en casa, o tarareaba la música mientras ensayaba y corregía mi coreografía. No necesitaba a nadie que me filmase, y además, me hubiera dado azaro, que era muy tímida.

    O sea, que la coreografía se puede anotar. Como se anota una melodía, lo cual no quiere decir que a todos les suene igual de bien o de mal. Por ejemplo : compare Yesterday, con los Beatles y la voz de Paul McCartney, y la misma canción, con orquesta, y cantada en plan ópera . Es la misma canción, pero se parecen como un huevo a una castaña.

  13. He ido a recoger la bicicleta a ‘Mibici’ ataviado con el maillot que me regaló Olmedo. Esta vez he pasado por un ‘gusano’ gracias a él.

  14. Acabo de hablar con Olmedo, ha ingresado de nuevo por hematuria y ha pasado una noche ‘toledana’. Ahora le van a hacer una cistoscopia para intentar controlar la hemorragia. Anda un tanto agotado pero nos manda recuerdos desde el lecho del dolor.

  15. Chatbot, sin alcanzar la impronta del imitado, como en rigor era previsible, creo que daría el pego si se incluyera de tapadillo en un diccionario. Salvo para ojos avezados, claro.

  16. Le he echado un rapapolvo a San Antonio. Ya le he dicho, que como no «arregle» inmediatamente a Olmedo, no me vuelvo a fiar de él que un «parchecito» para un mes escaso no sirve. que a eso , ni las brujas de Zugarramurdi se atreven, y que se porte. Que si no, por mucho que pierda las llaves, o las gafas, no vuelvo a sentirme obligada a soltarle una propina, aunque me las encuentre enseguida.

    Mi abuela Marichu, de la que heredé a San Antonio, la mitad de las propinas por encontrarle cosas no se las pagaba, porque según ella, en realidad no estaban perdidas.

    Claro que ella, había hecho la promesa , a la Virgen del Pilar, de ir andando desde San Sebastián, hasta el Pilar de Zaragoza, para que volviera El Rey.

    Cuando se proclamó Don Juan Carlos, y le decíamos que tenía que cumplir su promesa, nos contestaba que El Rey, era Don Alfonso XIII ( que se había muerto hacía años…)

  17. Viejecita, parece que el concepto versión lo tiene usted muy claro. Lo que no parece que haya sido capaz de transmitir en mi nota anterior es que no existe una notación universalmente aceptada para una coreografía. Vamos, que cada maestrillo tiene su librillo.

  18. Aquí les propongo una «composición» generada por IA con el prompt que la originó. La industria musical se verá seriamente afectada. Anuncios, documentales, reportajes etc. generan miles de millones en derechos de autor que van a desvanecerse como lágrimas en la lluvia (que decían en Blade Runner). Fue bonito mientras duró. https://www.udio.com/songs/xtju1X31YfVbKWTCGd4yw7

  19. ¡ Vaya, pues qué desastre el mío ! He vuelto a meter la pata, como de costumbre. En mi academia , la de Valentina Kashuba, se nos enseñaba una notación, y creía que era la universal .

    Ya siento.

  20. Y sí, Ximeno, es una lástima que a los músicos se les vaya a quitar una «salida rentable», aunque signifique más oportunidades para los promptólogos ( que supongo que estarán englobados con los informáticos ).

    Claro que, cuando estudiaba música ( formas musicales, armonía, contrapunto, etc etc ) nos decían que toda la música occidental deriva de tres o cuatro frases melódicas antiquísimas, que se han ido desarrollando a lo largo de la historia…

  21. Por cierto,  Ximeno ¿ Ha estado en algún coro de Gregoriano ? Lo digo porque el Gregoriano no se escribe como la música clásica. Tiene una anotación completamente distinta. Pero la tiene. Y se puede leer. Como se lee una partitura. Y de hecho, hay libros de canto Gregoriano. .

  22. Viejecita, en realidad la notación neumática gregoriana es anterior a la unificación de las distintas formas de notación que dieron lugar a el tetragrama primero y al pentagrama después.Y no, no he estado en ningún coro, mi instrumento vocal desafina que da gusto, razón que me ha mantenido lejos de cualquier agrupación musical que precise voces. Yo, que comencé a tocar la guitarra porque creía que cantando bonitas canciones me convertiría en irresistible y resulté insoportable.

  23. Un compuesto médico que cura enfermedades y malestares tiene una protección legal de diez años. El novedosísimo envase en el que se administra ese fármaco está protegido durante veinte. El jingle del anuncio de esa maravilla se protege durante toda la vida del autor y setenta años más. La ilustración del frasco lo mismo.

    Y resulta que lo más fácil de imitar por la IA es lo que protegemos más.

  24. EL LIBRO DE BREMA Y PETÓN

    El título del libro ‘Violencia roja antes de la Guerra Civil‘ indica con precisión su contenido: describir los asesinatos políticos de las izquierdas dando nombre a todos los asesinados y el de sus verdugos durante la República en Madrid excluyendo lo acontecido en los golpes del 32 y 34. Los enumera y compara con los asesinatos políticos de la derecha. También detalla la organización de una barbarie roja promovida sobre todo por los comunistas que se produce con la ‘anuencia’ del Gobierno (mientras gobiernan las izquierdas) y cuya máxima expresión es la checa de Antillón 4. La fecha de cierre del estudio es el golpe del 36.

    Como grupo control de este trabajo se toma el libro de Eduardo González Calleja ‘Cifras cruentas: las víctimas mortales de la violencia sociopolítica de la Segunda República Española (1931-1936)‘ , Comares, Granada (2015). Corrige los errores de bulto y enfatiza las omisiones de este libro sin desmerecer la importancia que ha tenido, pues es asunto que sorprendentemente no se había abordado de forma sistemática.

    Concluye que los rojos cometieron 49 asesinatos y las derechas 16. Hubo además 7 asesinatos cometidos entre facciones de las izquierdas entre sí.

    La pregunta sería si esta violencia política, añadida a la ejercida en el golpe del 34, justificaba el golpe del 36. Mucho me temo que a esta discusión se le pondrá sordina ya que el Gobierno de Sánchez maneja la fábula de una República idílica. Me río yo solo imaginando una entrevista de la periodista de TVE Silvia Intxaurrondo con Sergio Campos Cacho y José Antonio Martín Otín.

    (Me ha hecho gracia que describen a los asesinos como ‘jóvenes, ignorantes y fanáticos’ )

  25. ¡A mejorarse, Olmedo!

    Hace unos días circuló (badum tss) esta imagen por las redes sociales. Un día más tarde se descubrió que el atacante del panel es un conocido constructor del pueblo, para regocijo de todos los convecinos.

  26. Saludos Olmedo…

    Espero que la noche ya no fuera Toledana, sino primaveral de Alcoy.

    Desayuno con lentejas, para recuperarse de las hematurias esas de marras y a casita.

  27. Marqués (09,01)

    Olmedo está elegantísimo con su langosto y su Mercedes de época ( y si uno no entiende de coches, con fijarse en la matrícula, ya sabe que tiene 20 años).

    ¡ Por Favor , pónganos alguna foto de él ahora mismo, para que veamos que ya está bien , y, a ser posible, en casa y con Doña Inés a su lado !

    Y buenos días a todos, que se me olvidaba.

  28. Buenos días, Olmedo. Si es preciso, me uno a Viejecita y le doy propinas a San Antonio (*) para su pronta recuperación.

    [(*) El que me pilla más cerca es San Antonio de la Florida; no sé si ese vale]

  29. PS . En esa foto de 1980, de pasajero en la moto, Olmedo parece un Marlon Brando joven. Marlon Brando envejeció bastante peor.

    PPS : ¿ Saben ustedes algo del » Joven Notas / Jotas » ? Hace tiempo que no comenta ni sube sus poemas libres al Instagram .

  30. Chatbot : en todas las parroquias, San Antonio tiene un buzón para las propinas destinadas a sus pobres, y además, una bandeja con velitas que se encienden al echar las monedas necesarias. Cualquiera sirve. Lo que a San Antonio le importa, pesetero que es él, es la propina.

  31. Olmedo está en un hospital público, La Paz, atendido por un Servicio de Urología competente provisto de la mejor tecnología actual, un milagro del Estado de Bienestar que solo existe en una ínfima parte del mundo. Esto resulta ser una condición necesaria para salir adelante, pero no suficiente. El azar juega todavía un papel relevante, tanto en la evolución de la enfermedad como en las decisiones médicas. O sea, sí que tiene cierto sentido lo de poner velas a san Antonio.

  32. Viejecita, Notas-Jotas está bien. Como probo funcionario, ha cambiado de destino y pasa una parte de su jornada montado en trenes y haciendo cambios en su vida.

  33. Ni los hombres ni los coches actuales, son ni siquiera parecidos en robustez y calidad, a tipos como Olmedo o ese magnífico ejemplar de Mercedes.

  34. Gracias JrG por las noticias de Notas-Jotas. Me alegro de que no sea porque estuviera malito, ni porque «estuviera hasta los mismísimos de todos nosotros» ( espero que baste con las comillas para reconocer que la frase es una cita) .

    Marqués : por supuesto que tiene sentido ponerle velitas a San Antonio, como tendría sentido ponérselas a Mercurio, por ejemplo, si hubiera altarcillos o capillas destinados a ello. 

    Pero no los hay. Habrá que conformarse con el «hacedor de suerte» que tengamos a mano.

  35. Dice don Emiliano García-Page, político aseado, en la tele3, que aquí se ha sustituido el patrotismo de país por el patrotismo de partido. Si no viviéramos aquí y ahora [en ‘el Estado’, decir ‘España’ es de mal gusto], no comprenderíamos por qué los diputados afectos a este señor, elegidos en provincias castellanas y manchegas, jamas votan en su escaño como patriotas sino como entusiastas empleados del partido sociata, invocando para ello un ‘conceto’ sacrosanto denominado disciplina de partido, muy próximo a la disciplina cuartelera y diametralmente opuesto a la soberanía nacional. Fluido este último caído en desuso, salvo por patriotas como Puchdemón, el gordo Otegui y otros ilustres semovientes autodenominados soberanistas. Don Emiliano dice más cosas, en una entrevista medianamente larga, todas ellas bastante razonables e indefectiblemente afectadas por la maldita e insalvable contradicción entre lo que se dice y lo que se hace.

  36. Esperemos una pronta crónica de Olmedo sobre su estancia en manos de galenas y enfermeros en ese hospital de rancio nombre (¿habrá que cambiarle el nombre en atención a la ley de memoria y tal?).

  37. La verdad es que las dolencias del tracto urinario tienen su aquel. Un buen amigo está en capilla para ponerse en manos de un prestigioso urólogo.

    A ver si con tantas velas a S. Antonio, lo que sale Olmedo es con una novia.

  38. Sr Verle : San Antonio es un conseguidor ( caro, pero consigue de todo ). Antiguamente, las mocitas casaderas iban a pedirle novio, como en Francia se lo pedían a Sainte Catherinne regalándole sombreros. Pero ya, las mocitas lo que piden es un buen trabajo, que les permita ser independientes, y el novio, se lo buscan ellas.

    Y Olmedo tiene a Doña Inés, que vale su peso en oro, así que San Antonio no se va a equivocar, que sabe para qué le encendemos las velitas y le ofrecemos propinas.

  39. Desde hace unas semanas en Netflix se puede ver Ripley, el Ripley de Patricia Highsmith, no la Ripley de Ridley Scott. La serie es una maravilla en blanco y negro en la que cada plano es una fotografía para enmarcar con una voluntad estética que quizá a algunos pueda hacérseles pesada y hasta empalagosa por alargada y sostenida. Ripley, estafador de poca monta, por azar acaba asociado a un millonario diletante en Italia y allí se produce la magia. Cada rincón es bellísimo y decadente, cada personaje es peculiar pisando la raya de la caricatura y cada escena un baile de luces y sombras. La historia es la de siempre sólo que con ocho horas a su disposición el director se ciñe más al libro y todo discurre con parsimonia. La paciencia, la espera del momento preciso, lo es todo en la pesca y en la estafa. Gente mirándose mirarse mientras fuma despacio bebiendo marsala, dirá el tipo poco sensible que no supo apreciar esa galbana tan estética en La Grande Bellezza. Los contraluces en calles oscuras de adoquines húmedos recuerdan al tercer hombre, al hombre que nunca estuvo allí y a la mujer del cuadro. Al mejor cine negro. Ripley, falsificador de documentos e imitador de vidas, improvisa y planifica a iguales partes el asalto al lugar en la vida que a él la vida le negó y que regaló a un tipo mediocre, levemente abúlico y muy rico. Ripley se esfuerza y sube escaleras resollando mientras Ricky y su novia ascienden sin esfuerzo. Seguirá subiendo y bajando todo tipo de escaleras según se acerque o aleje de la posición que ansía. Ripley, estafador, escribe mentiras, una tras otra, dibuja firmas falsas, una tras otra, con máquinas y plumas robadas. Ripley miente cada vez que escribe y luego miente cada vez que le preguntan. Escribiendo planea, reescribe el pasado e inventa el futuro. Como él todos los personajes escriben y todo lo que escriben es mentira. Ricky intento escribir y abandonó, por abúlico y mediocre; la novia escribe una guía turística con vocación de exactitud y ha de ser inmisericordemente corregida por aburrida; incluso el amigo Miles también escribe, dramaturgo sin obra. Los recepcionistas anotan sin saber que sus mensajes llegan al destinatario incorrecto y anota el detective en su cuaderno desconocedor de que todo lo que averigua es falso. Ricky, a quien no le importa ser engañado, se engaña pintando adefesios e introduce a su asesino en el arte, otra mentira. Ripley, en su obsesión por esa nueva vida, por entenderla, sigue el rastro de Caravaggio, pintor de las sombras y las oscuridades y de la violencia. Visita iglesias por toda Italia para ver los cuadros del artista asesino, incluso el de la Natividad en el Oratorio de San Lorenzo de Palermo. Allí hoy cuelga una voluntaria falsificación, una tela impresa en el lugar que ocupó el lienzo original desde que en el 69 la mafia se llevó el original. La vida es un esfuerzo continuo, un subeibaja sin aparente sentido, y todo lo que queda de ella no es más que un rastro de papeles que cuentan historias falsas. 

  40. ¿ Tiene Futuro la Verdad? ensayo de George Steiner que merece la pena leer.

    Les adjunto el artículo que le dedica Nueva Revista.

    «Nos dice que la verdad importa más que el hombre. Que es más interesante que él, incluso cuando, también especialmente cuando, pone en cuestión su propia supervivencia. Creo que la verdad tiene futuro. Que lo tengamos nosotros es algo que está menos claro». (p. 44).

    Este libro del humanista Steiner no es un tratado metafísico sobre la verdad, sino una colección de reseñas más un ensayo sobre el futuro que cabe atribuir al progreso de la verdad científica. No se trata de indagar sobre el mártir (el que entrega su vida para dar testimonio de la verdad). Eso es otra cosa. El ensayo da, como hemos dicho, título al libro, pero ni trata de lo que un lector de Steiner espera a priori, según lo que hemos recordado al principio, ni tiene que ver con la colección de reseñas del The New Yorker que lo acompañan. Eso sí. Todo lo que encontraremos de temas varios y ocasionales es ajeno a la superficialidad de cierto periodismo. En ese sentido, cualquiera de los trabajos recopilados tiene relación con verdad en cuanto que, en determinado campo semántico, es antónimo de superficialidad«.

    https://www.nuevarevista.net/tiene-futuro-la-verdad/?utm_source=substack&utm_medium=email

  41. Los subtítulos cometen variados errores, pero se puede entender el grueso de un discurso valiente, preciso y sin basura dialéctica.

    Justo lo que uno espera escuchar, y lo que necesitan los jóvenes y viejos de todos los países. Ese mismo discurso cambiando la religión islámica por la situación política de nuestro país es lo que se debería repetir sobre todo en la TV Pública.

  42. jrG
    ****

    El problema es que el futuro de la verdad, su estatuto, se juega en un terreno nuevo y todavía incierto. Esto es lo que escribe el más feroz crítico actual de la IA, el francés Éric Sadin:

    «Emerge un cambio de estatuto de las tecnologías digitales. De ahora en adelante ciertos sistemas computacionales están dotados –nosotros los hemos dotado– de una singular y perturbadora vocación: la de enunciar la verdad.

    Lo digital se erige como una potencia aletheica, una instancia consagrada a exponer la aletheia, la verdad, en el sentido en que la definía la filosofía griega antigua, que la entendía como  develamiento, como la manifestación de la realidad de los fenómenos más allá de sus apariencias. Y en esto asume la forma de un tecno-logos, una entidad artefactual dotada del poder de enunciar, siempre con más precisión y sin demora alguna, el supuesto estado de las cosas.

    Podríamos afirmar que entramos en el estadio consumado de la tecnología, que ya no designa un discurso que versa sobre la técnica sino un término que se haría acto por su facultad de proferir el verbo, el logos, pero con la única finalidad de garantizar lo verdadero. Este poder constituye la primera característica de lo que se llama “inteligencia artificial” y determina, en consecuencia, todas las funciones que le son asignadas«.

  43. Me ha encantado, JrG ¡ Qué bárbara esa chica, atreverse!

    Y gracias Chatbot (12,09 ), por subirlo, y por ponerlo en YouTube, que así se puede guardar en favoritísimos, y mandar a otros.

  44. El discurso completo Abnousse Shalmani. Si no se manejan con soltura en francés, en el icono de la rueda seleccionen Subtítulos > Traducir automáticamente > Español.

  45. El otro día escuché a Elon Musk decir que si la IA hubiera parecido en según que época, estaría difundiendo y enseñando a todo el que la consultara que el sol gira alrededor de la tierra.

    No puede saber más que lo que creen saber sus contemporáneos.

  46. Con las cañerías desatascadas y alguna ñapa más, esta tarde a casita (espero)
    Gracias a todos por tenerme en sus oraciones, hayan sido éstas laicas o de las de verdad 🙂

  47. De acuerdo que Ripley es visualmente una gozada y muy fiel al texto de Patricia Highsmith, pero tiene un problema y es que Andrew Scott es demasiado mayor y masculino para hacer de Tom Ripley. En un capítulo de la serie aparece John Malkovich, que hace el papel de Reeves Minot, personaje de la segunda entrega de la saga Ripley. Esto puede ser un giño a una segunda temporada. Entre la primera y la segunda novela transcurrieron unos 16 años. Puede que este sea el motivo por el que se optó por un actor ya entrado en los 40.

    Para los fanáticos de Patricia Highsmith, como yo, Alan Delon es el mejor Tom Ripley de siempre, a pesar del final anodino de “A pleno sol”. A Dennis Hopper y John Malkovich no les pega el papel ni por equivocación. Matt Damon demasiado niño y sobreactúa. Y lo de Barry Pipper debe ser una broma. Andrew Scott correcto, quizás en una segunda temporada el papel le irá mejor.

    Serie muy recomendable. Un poco empalagosa y lenta, pero la estética de los luminosos exteriores y los oscuros y quizás excesivamente recargados interiores, la hacen muy atractiva. Los que tengan Netflix que no dejen de verla y si no piratas todos.

    Saludos cordiales y buena salud para tod@s.

  48. Señor Verle(14,02) : No sé donde se ponen velas a San Liborio y San Zoilo. Y, además, el que me hace caso, ( posiblemente en recuerdo de mi abuela Marichu ) es San Antonio. Y tengo la parroquia con su cepillo y sus velitas, a diez minutos andando. Seguiré con él, aunque las «Rías Bajas» no sean su especialidad, pero ya les pedirá él ayuda a San Liborio y San Zoilo…

    Y Gracias Marqués ( 15,46 ) por lo de Fernando Del Pino y Calvo Sotelo. Aunque no sea demasiado optimista.

  49. ¡ Vaya , no tengo, ni pienso tener, Netflix ! Me gustan las novelas policiacas de Patricia Highsmith, en película me gustó «Extraños en un tren» , la de Hitchcock , pero como tengo manía a Alain Delon , Plen Soleil no me gustó. Así que :

    TheSpanishInquisitor : ¿Me recomendaría que me comprara la serie Ripley completa en DVD o BR ?

  50. Olmedo, no se trata de que le den el alta pronto, sino de que no tenga que volver a reingresar a corto plazo.

  51. Tengo leídos y releídos todos los libros de P. H. sobre Ripley que publicó, cuando yo era joven, Anagrama. La verdad es que si el cine no le añadió valor, mucho me temo que las series sean capaces de ello.

    Ya las ha criticado Boyero.

  52. Olmedo cúrese con Góngora:

    «Que sea el médico más grave

    quién más aforismos sabe,

    bien puede ser,

    mas que no sea más experto

    el que más hubiere muerto.

    no puede ser».

  53. Chatbot, hasta que no se adoptó el panóptico (implementado con la higiene), morían como moscas… del Bosco.

  54. Sr. Verle, curiosamente, el utilitarismo del higiénico Bentham (que solo pretendía salvar vidas en cárceles y otros recintos) –y bajo la influencia del Vigilar y castigar de Foucault– es uno de los demonios familiares de los críticos de la IA, la reencarnación digital y silente del Panóptico. No hay libro que no lo saque a pasear.

  55. ESPAÑA ES UNA FIESTA

    Me cuenta mi hija que su marido no ha ido a Dormundt por acompañarla con el bebé. Como me ve preocupado por la posible falta de apoyo al Atleti me consuela explicándome que sí han ido todos sus amigos incluido su hermano. ‘¿Y su padre?’ – inquiero – ‘Tampoco ha ido, está en la Feria de Sevilla’.

    Me acusan de ser un soso por estar siempre en el Zulo. Me defiendo haciendo mi listado de fiestas 2024: la de mi reciente cumpleaños, el bautizo gitano, la presentación del libro de Solana, el pinflois y una especial a final de año para celebrar los 50 años que Elvira y yo llevamos juntos.

    Parece que nunca es suficiente en España.

  56. He adquirido esta Biblia para el Zulo por si el Vicario General girara una visita de inspección al Zulo. Podré presumir que traté mucho al Pro-Vicario que autorizó el Imprimatur, José María Martín Patino, que era hermano de Basilio, a su vez un gran amigo de CGAlix.

  57. LA LECTURA / LOS LIBROS

    Salman Rushdie, cuando la literatura triunfa sobre el odio y la muerte: «Puede que intentaras matarme porque no sabías reír»

    Todavía convaleciente del brutal ataque sufrido hace casi dos años, el escritor regresa con ‘Cuchillo’, una crónica sobre su experiencia que reafirma su eterna lucha por el valor inmortal de la literatura

    Marta Rebón // Martes, 16 abril 2024 – 13:57

    El escritor Salman Rushdie tras el ataque.
    El escritor Salman Rushdie tras el ataque.RICHARD

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    La revisión de las galeradas de un libro, paso previo a la impresión definitiva, es un momento crucial para cualquier escritor. Se despierta un temor paralizante: una vez dado el visto bueno, no habrá vuelta atrás. De repente, se tiene ante uno, con la apariencia de cosa acabada que da la maquetación, aquello que tiempo atrás -meses, años e incluso décadas- fue sólo una idea vaga, un título evocador, una anécdota escuchada o leída por casualidad. En su autobiografía Joseph Anton -nombre que adoptó Salman Rushdie (Bombay, 1947) en la clandestinidad-, relata que, en cuanto el manuscrito abandona su escritorio, este «queda alterado irremediablemente», como si adquiriera libre albedrío: «Al ver sus frases, [el autor] las lee de manera distinta ahora que pueden ser leídas por otros».

    CUCHILLO
    Salman Rushdie
    Traducción de Luis Murillo. Random House. 208 páginas. 21,90 € Ebook: 10,99 €

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    Según declaró Rushdie, cuando se publicó Los versos satánicos, siendo un escritor ya encumbrado tras el Premio Booker por Hijos de la medianoche, con adelantos editoriales de seis cifras, sólo sospechó que enfadaría a algún imán e incitaría protestas de poca monta, como ocurrió tres años antes con el guion de Mi hermosa lavandería, de Hanif Kureishi. Pero es de sobra conocido que no fue así. Si el autor, recordemos, ejerce poco control sobre el libro impreso, menos lo tiene sobre las reacciones que provocará.

    Y así, no sólo Rushdie, sino también los traductores, los editores y todo aquel que defendiera al autor contra quien el ayatolá Jomeini emitió la infame fetua -saltándose, de paso, el orden jurídico y teológico para el delito de blasfemia, como apuntó entonces la Organización para la Cooperación Islámica, con sede en Arabia Saudita, y trasladando el «caso Rushdie» a la confrontación entre Islam chiita y suní-, eran susceptibles de ser perseguidos, con el fin de darles muerte, en cualquier lugar, como sucedió con su traductor japonés o con el imán de la Gran Mezquita de Bruselas (un atentado contra el «islam moderado»).

    NO CONVERTIRSE EN VÍCTIMA

    En este último libro, Cuchillo. Meditaciones tras un intento de asesinato, Rushdie cuenta que, cuando sostuvo las galeradas de Ciudad Victoria, su novela inmediatamente anterior, la decimotercera en su carrera, y leyó el final, tuvo que esforzarse por contener las lágrimas. En él, la protagonista, Pampa Kampana, que, con el poder que le ha concedido la diosa Parvati funda un imperio utópico en la India tardomedieval del sur, concluye el poema sobre su historia de ascenso y caída, debido a las intrigas políticas y los conflictos religiosos, con un verso demoledor que responde a qué queda de reyes y reinas, de vencedores y vencidos, cuando todo pasa: «Sólo quedan las palabras que describen estas cosas… Las palabras son las únicas vencedoras». Así se ha expresado Rushdie en la ficción y en vivo, como en el acto del PEN América de mayo de 2022: «Si los poderosos poseen el presente, los escritores poseen el futuro».

    Ciudad Victoria no es simplemente la obra que precede a Cuchillo, cuyo título alude directamente al arma empleada en la tentativa de asesinato que sufrió el 12 de agosto de 2022 y que penetró su cuerpo más de una decena de veces durante los veintisiete segundos del ataque -la misma duración, bromea el autor, que recitar el padrenuestro o leer en voz alta un soneto de Shakespeare-, y que se saldó con el daño de distintos órganos, nervios, tendones y el ojo derecho, tal vez la cicatriz más evidente que ahora oculta tras el cristal opaco de sus gafas. Que Salman Rushdie entregara las últimas correcciones de esta novela justo antes del atentado y se pusiera a la venta meses después, le permitió, durante su convalecencia, no obsesionarse en si sería capaz de volver a escribir con la ambición que puso en Ciudad Victoria -con la concepción de toda una ciudad, Bisnaga-, una obra que considera de madurez, así como una vuelta a sus raíces indias.

    Eso le permitió darse un tiempo para reflexionar sobre lo ocurrido y cumplir con lo que taxativamente le recomendó su agente, Andrew Wylie, uno de los primeros en visitarlo en el hospital: «Mejor que esperes un año antes de pensar en hacer algo, salvo recuperarte. Pero, antes o después, escribirás sobre todo esto, claro«. Así, no sólo frustró el fin último del ataque, su muerte -el agresor mostró su estupefacción cuando le dijeron que Rushdie había sobrevivido-, sino que le dio la vuelta al relato: cuando se enfrentó a las primeras entrevistas con motivo de su nuevo libro, las respuestas no fueron en calidad de víctima, sino como autor de una nueva novela. Hacía honor a Conrad -otro guiño de Rushdie-, cuyo marinero negro del Narciso, de regreso en Inglaterra desde Bombay, cae enfermo, y cuando lo reprenden porque se empeña en seguir a bordo, responde: «Tengo que vivir hasta que me muera, ¿no?».

    Salman Rushdie en París en 1992 protegido por dos guardaespaldas.
    Salman Rushdie en París en 1992 protegido por dos guardaespaldas.MICHELINE PELLETIER

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    CARA A CARA CON EL ASESINO

    No encontrará el lector de Cuchillo compunciones -tampoco por Los versos satánicos- ni una reconstrucción forense del incidente o un retrato psicológico del agresor, sino un flujo de pensamientos que hilvana recuerdos y prefiguraciones, lecturas, reflexiones y anhelos, vulnerabilidades y miedos (descubrimos que el peor de todos es la ceguera), agradecimientos -buena parte es una carta de amor a su actual mujer, con la que se casó unos meses antes-, el día a día de la rehabilitación y la conciencia de pertenecer a una generación que va desapareciendo o lucha contra la adversidad (asoman Martin AmisPaul Auster o Hanif Kureishi). «Mi cabeza funciona así, por libre asociación», sostiene, mientras tantea dentro de sí: ¿quién soy después de esto? ¿Seré el mismo cuando vuelva al oficio, si puedo, o a lo que afectará es «al modo en que se lean mis libros»?

    Rushdie tampoco aspira, decimos, a hacer un retrato psicológico exhaustivo del agresor -cuyo nombre, para no darle fama, reduce a la inicial «A.»-, un tipo que apenas leyó dos páginas de sus textos y vio algún vídeo en YouTube, porque no conoce a la persona más allá de su juventud y el viaje al Líbano después del cual se encerró y se atiborró de videojuegos, Netflix y YouTube -que Rushdie convierte en el «imán Yutubi»-, aunque hayan tenido una de las relaciones más intensas que pueda tenerse con otro ser humano: la lucha a muerte.

    En varios momentos duda si entrevistarse con él. Recuerda el caso de Beckett, que en 1938 fue apuñalado por un proxeneta mientras paseaba por París y cuando en el juicio le preguntó por qué lo había hecho, este le dijo: «Je ne sais pas, Monsieur, je m’excuse«. Pero A. se declaró culpable e irá a juicio, cuyo inicio se ha retrasado porque se le ha concedido el derecho a leer Cuchillo antes del inicio del proceso para preparar su defensa. Y he aquí que Rushdie hace uso de su don imaginativo para crear cuatro sesiones de un encuentro imaginario con su agresor. En ellas, muestra lo que ha estado haciendo en toda su obra: reivindicar el diálogo, arrinconar la ortodoxia y la literalidad, rebatir la mente cautiva del radicalizado, desnudar el victimismo, señalar a los autoritarios, celebrar la libertad.

    REPARAR EL MUNDO HERIDO

    Y resuenan ecos de Joseph Anton: «La libertad residía en la discusión misma, no en la resolución de esa discusión, en la capacidad de discrepar incluso de las creencias más preciadas de los demás: una sociedad libre no era plácida, sino turbulenta. El bazar de los puntos de vista en conflicto era el lugar donde resonaba la libertad». Y al final de esa conversación ficticia recuerda que «una forma de entender la discusión en torno a Los versos satánicos era que se trataba de una pelea entre los que tienen sentido del humor y los que no». Así que, al imaginar al frustrado asesino, concluye: «Puede que intentaras matarme porque no sabías reír»

    Salman Rushdie ha vuelto. Y aunque convaleciente, transmite un optimismo sincero con el que renueva el compromiso con su lucha personal. ¿Y cuál ha sido? Durante la campaña contra Los versos satánicos, acabó dándose cuenta de que, en lugar de concentrar su energía en defender su libro, tenía que implicarse en algo superior, «los principios de la libertad de expresión» (o «la lengua salvada», en palabras de Canetti): «¿Que la hostilidad contra mí continuaba? Pues muy bien. Hice de la literatura (y la imaginación) mi hogar e intentaré escribir lo mejor posible«.
    Los libros pueden ser poderosos, dice, pero los escritores son terriblemente frágiles. Son los canarios en la mina que detectan antes que nadie el aire tóxico. El acto en el que tenía que tomar la palabra cuando fue agredido era precisamente en apoyo a la creación de una red de espacios seguros en Estados Unidos para autores extranjeros. La ironía quiso que, durante unos instantes, algunos de los asistentes creyeran que el ataque era una performance.

    «La violencia provoca una crisis en la comprensión de lo real… La mente ya no sabe cómo funcionar», dice al describir el estupor general cuando la sangre empezó a brotar de su cuerpo, «quieto como una piñata». Al echar aquí la vista atrás a sus otras «rehabilitaciones» -la emigración a Inglaterra, la vida clandestina y la libertad recuperada en Estados Unidos-, cuenta que aprendió, cuando encontró la voz narrativa para Hijos de la medianoche, «que mediante la literatura podía repararme a mí mismo«. Así como reparar también el mundo herido.

  58. Esta mañana he visto en el kiosko un especial de Muy Interesante dedicado a la Física Cuántica que acaba de salir:

    Los especiales de Muy Interesante no tienen mucho que ver con la revista «normal» (un tanto patatera); se parecen más al Investigación y Ciencia. En este especial, los artículos –divulgativos todos sobre temas clave de la Física Cuántica– están escritos por profesores universitarios e investigadores españoles de primera línea. Recomendable para cafeteros que sientan curiosidad por algunos de los temas candentes de la disciplina y por repasar algunos de los eternos.

  59. He estado repasando lo del día, antes de irme a dormir ( mañana me toca bajar a Madrid al despacho todavía de noche, y tengo que intentar estar descansada ), y me acabo de dar cuenta de que quien recomendaba encarecidamente Ripley, la serie, era Mgaussage… Ya siento.

    Y además, al menos de momento no está en disco. Me temo que me la perderé. Como tantas otras cosas.

    Buenas noches a todos.

    Hasta mañana a la tarde, espero.

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